lunes, 29 de agosto de 2011

CLASIFICACIÓN DE LAS HADAS SEGÚN PARACELSO


Theophrastus Phillippus Aureolus Bombastus von Hohenheim, o Theophrastus Bombast von Hohenheim, conocido como Paracelso o Teofrasto Paracelso (n. en Zúrich, en la Teufelsbrücke, Einsiedeln10 de noviembre de 1493 – Salzburgo24 de septiembre de 1541), fue un alquimistamédico y astrólogo suizo. Fue conocido porque se creía que había logrado la transmutación del plomo en oro mediante procedimientos alquimistas y por haberle dado al zinc su nombre, llamándolo zincum.
El nombre Paracelso (Paracelsus, en latín), que escogió para sí mismo y por el que es generalmente conocido, significa «superior aCelso», un médico romano del siglo I.



La primera ordenación de hadas publicada en un libro se la debemos a Paracelso en su obra  Libro de Ninfas, Sílfides, Pigmeos y Salamandras y Demás Espíritus:
"...Viven en los cuatro elementos: las ninfas en el agua, las sílfides en el aire, los pigmeos en la tierra, y las salamandras en el fuego. Se les llama también ondinas, silvestres, gnomos, vulcanos, etc. Así como los peces viven en el agua, que es su elemento, cada ser vive en su propio elemento.
Por ejemplo, el elemento en que el hombre respira y vive es el aire; pero para las ondinas el agua representa lo que el aire para nostros. El elemento de los gnomos es la tierra, y atraviesan las rocas, paredes y piedras como un espíritu, porque tales cosas no son para ellos más grandes obstáculos que lo que el aire es para nosotros.
En el mismo sentido, el fuego es el aire en el que viven las salamandras; pero los silvestres o sílfides son los que se hallan en más cercana relación con nosotros, porque viven en el aire."

Paracelso ordena a los seres de la naturaleza según al elemento al que pertenecen. Esta clasificación es muy válida ya que responde a la naturaleza de estos seres mágicos.

En el aire encontramos a seres poderosos e invisibles que silban y crean remolinos empujados por espíritus de enigmático carácter.



En el agua encontramos la fuente de la vida; los ríos poseen poder, la fuerza y el origen, al igual que pueden dar la vida también la pueden quitar. Desbordantes ríos pueden arrasar todo lo que encuentren a su paso.

Por otro lado, la tierra es la madre de la vegetación; bosques y fauna se nutren y viven de la tierra que los ha generado.

Y el fuego, ese creador y destructor sin el cual no podemos vivir y que nos ha acompañado desde la noche de los tiempos. El fuego ardiente del cual dependemos y cuyo padre es el sol, posee sus propios espíritus.

La Expansión de las Hadas

La magia de las hadas está presente en los pueblos de todo el mundo.

A medida que los romanos se expandían por Europa, las hadas tomaron mayor protagonismo en otras zonas del continente como las Galias o Inglaterra.

Los celtas adoraban a estos seres, y la romanización lo que hizo fue darles los nombres qu hoy en día conocemos. Si acudimos al francés antiguo, la palabra "feé" no significa exactamente hada, sino "encanto" o "hechizo".

Así que durante la romanización las hadas conocen una etapa de expansión, que queda truncada con la aparición del crisitianismo. Hasta la expansión del cristianismo, los espíritus de la naturaleza tenían diferentes nombres para representar a las hadas como seres espirituales y mágicos.

Para aquellas culturas que compartían aspectos celtas y romanos, no les fue extraño que bellas doncellas se iniciasen como sacerdotisas de deidades como Diana, Artemis o Hécate. Aunque en ocasiones eran temidas por sus conocimientos secretos, su contacto con los espíritus de la naturaleza y por sus artes mágicas. Séneca las describió como "las que recorren los bosques ocultos con desnudo pie". Se les atribuía capacidades como:

                          - "Congregar lluvias, detener la marea, hacer que la tierra dé mieses
                              en invierno y flores en estío, que las ondas del Fasis tornen a su
                              fuente y el Istro detenga sus aguas. Al imperio de la voz de Medea
                             huyen las nubes, se embravecen los vientos, para el sol su carrera y
                             descienden las estrellas dóciles al conjuro".


Todavía quedan pruebas de la conexión entre las hadas y las antiguas deidades gracias a los dólmenes y los círculos de piedra, como un gran menhir en Bretaña derrumbado por un terremoto en 1722, conocido como  Piedra de las Hadas, y Stonehenge, al que siempre han relacionado con las hadas.

Pero el cristianismo no vio con buenos ojos aquellos rituales paganos. En un principio no pudo luchar contra aquellas creencias tan arraigadas y tuvo que convivir con ellas, pero poco a poco fue desplazando a todas aquellas diosas y acusó a las hadas de ser brujas al servicio del demonio. De este modo las más famosas hadas celtas han pasado a la historia como brujas.


Un ejemplo es Morgan Le Fey, cuya traducción sería Hada Morgana. Según se cree, sería una de las diosas de la Britannia pagana. Morgana pertenecía al clan de las divinidades nacidas de la diosa Dana, que rige el amor y la guerra, y que posee el don de la profecía, y su nombre está relacionado con las doncellas marinas. Parece ser que su residencia siempre está situada en bosques e islas.

Otra famosa hada era la conocida como Hada Viviana, más conocida como la Dama del Lago, de la cual se dice que es nieta de la diosa Diana "la Cazadora". La Dama del Lago y Morgana se relacionaban con Avalon, la mítica isla poblada de hadas que aparece y desaparece en la bruma. Sin embrago tanto Morgana como Viviana han pasado a la historia como brujas en lugar de sacerdotisas adoradoras de las diosas de la naturaleza.

La condena definitiva que recibieron las hadas para convertirse en demonios, según el cristianismo, provino indirectamente de Shakespeare. En "El Sueño de una noche de verano" podemos leer la declaración que hace Oberon, rey de las hadas, al duende Puck:
"Pero nosotros somos espíritus de otro tipo."
Con esta frase, Shakespeare, se protegía contra posibles acusaciones de brujería, tan frecuentes en aquella época.


A pesar de los esfuerzos de la nueva religión, la gente seguía creyendo en las hadas. Hombre, niños y mujeres del campo y ciudades estaban convencidos de que estos seres mágicos vivían cerca de ellos. Así que la Iglesia tuvo que responder a la pregunta de quiénes eran aquellos seres.
Por un lado se entendía que no eran humanos. El catolicismo quería presentarlos como demonios pero la gente consideraba que en general eran inofensivos y que en más de una ocasión les ayudaban.

Para la Iglesia era complicado aceptar la existencia de seres "semi-divinos" que no procedían de su religión. Por lo que es normal que lo Dioses y seres semi-divinos de una religión pasen a ser los demonios de la nueva religión.


domingo, 28 de agosto de 2011

Un poco de Historia

En las tradiciones de todos los pueblos del mundo se ha creído en la existencia de las hadas y los seres elementales.

La primeras referencias sobre las hadas nos llevan al Antiguo Egipto. El país del Nilo estaba custodiado por numerosos dioses. Ra se situaba como el padre Sol, y las divinidades femeninas eran muy apreciadas, ya que eran madres y al mismo tiempo protectoras. Si se les imploraba, podían ayudar y favorecer a las personas por medio de su magia. ¿Sabíais que el mito de Hada Madrina tiene su origen en el Antiguo Egipto?



Los egipcios creían que cada vez que nacía un niño aparecían las llamadas "Siete Hathors". Estos seres celestiales, que estaban por debajo de otras divinidades mayores, acudían en cuanto un niño venía al mundo y le predecían el futuro. Aún así tampoco se conoce muy bien de dónde surgen estos seres celestiales.
Algunos creen que eran 7 sacerdotisas de Isis la Gran Maga. Otros aseguran que el hecho de llamarse Hathors proviene de la Diosa Hathor, otra divinidad egipcia relacionada con el amor, la alegría y la fertilidad.


Si nos vamos a Grecia, las hadas cobran mayor protagonismo. Durante el apogeo de la cultura griega se tejieron innumerables historias de estos seres que poblaban colinas, bosques, y ríos.



El río Peneo tenía su propio dios, que controlaba y gobernaba el discurrir de sus aguas. A su vez este dios poseía hijos, seres que habían heredado parte de la divinidad de su padre, aunque, a diferencia de éste, no eran inmortales.
Los hijos de la tierra y los ríos de llamaban "ninfas" y su función era cuidar a sus progenitores. Estos seres femeninos eran de una belleza excepcional, y enamoraban sin quererlo a hombres y dioses.

Más adelante, en la mitología romana, aparecen las "fata" (de ahí procede el vocablo "hada"), otro modo de denominar a las parcas, que presidían el nacimiento de los niños y decidían su destino.

Las leyendas de hermosas doncellas de la naturaleza siguieron en la Edad Media. En esa época, ya aparecen bautizadas con el nombre de "hadas". Pero el concepto que se forja sobre las hadas en esa época no siempre es positivo, ya que se relacionaba muchas veces con las brujas. La tradición proveniente de Roma y Grecia asomó en el medievo pero desde un punto de vista desconfiado y supersticioso. Todo lo que no fuera puramente cristiano era sospechoso y las hadas sufrieron esa acusación.

Con el renacimiento el nuevo hombre huye del concepto medieval que consideraba el mundo un "valle de lágrimas" y se produce una vuelta a los valores clásicos de Grecia y Roma. Fue en esa época cuando Shakespeare creó la gran obra "El Sueño de una noche de verano".


Ya en el siglo XIX, durante el romanticismo, las hadas recuperarían todo su esplendor después de otra vuelta a la oscuridad debido al período Barroco. Infinidad de cuentos y relatos poblaron la vida de la sociedad victoriana, e insuflaron algo de fantasía al espíritu "demasiado rígido" de aquella época.



Fuente: La Magia de las Hadas de Emerald O'Callaghan (Ed. Océano Ámbar)

CLASIFICACIÓN DE LAS HADAS SEGÚN PARACELSO
16:11 | Author: Percyto_Elfito^^

Theophrastus Phillippus Aureolus Bombastus von Hohenheim, o Theophrastus Bombast von Hohenheim, conocido como Paracelso o Teofrasto Paracelso (n. en Zúrich, en la Teufelsbrücke, Einsiedeln10 de noviembre de 1493 – Salzburgo24 de septiembre de 1541), fue un alquimistamédico y astrólogo suizo. Fue conocido porque se creía que había logrado la transmutación del plomo en oro mediante procedimientos alquimistas y por haberle dado al zinc su nombre, llamándolo zincum.
El nombre Paracelso (Paracelsus, en latín), que escogió para sí mismo y por el que es generalmente conocido, significa «superior aCelso», un médico romano del siglo I.



La primera ordenación de hadas publicada en un libro se la debemos a Paracelso en su obra  Libro de Ninfas, Sílfides, Pigmeos y Salamandras y Demás Espíritus:
"...Viven en los cuatro elementos: las ninfas en el agua, las sílfides en el aire, los pigmeos en la tierra, y las salamandras en el fuego. Se les llama también ondinas, silvestres, gnomos, vulcanos, etc. Así como los peces viven en el agua, que es su elemento, cada ser vive en su propio elemento.
Por ejemplo, el elemento en que el hombre respira y vive es el aire; pero para las ondinas el agua representa lo que el aire para nostros. El elemento de los gnomos es la tierra, y atraviesan las rocas, paredes y piedras como un espíritu, porque tales cosas no son para ellos más grandes obstáculos que lo que el aire es para nosotros.
En el mismo sentido, el fuego es el aire en el que viven las salamandras; pero los silvestres o sílfides son los que se hallan en más cercana relación con nosotros, porque viven en el aire."

Paracelso ordena a los seres de la naturaleza según al elemento al que pertenecen. Esta clasificación es muy válida ya que responde a la naturaleza de estos seres mágicos.

En el aire encontramos a seres poderosos e invisibles que silban y crean remolinos empujados por espíritus de enigmático carácter.



En el agua encontramos la fuente de la vida; los ríos poseen poder, la fuerza y el origen, al igual que pueden dar la vida también la pueden quitar. Desbordantes ríos pueden arrasar todo lo que encuentren a su paso.

Por otro lado, la tierra es la madre de la vegetación; bosques y fauna se nutren y viven de la tierra que los ha generado.

Y el fuego, ese creador y destructor sin el cual no podemos vivir y que nos ha acompañado desde la noche de los tiempos. El fuego ardiente del cual dependemos y cuyo padre es el sol, posee sus propios espíritus.

La Expansión de las Hadas
4:09 | Author: Percyto_Elfito^^
La magia de las hadas está presente en los pueblos de todo el mundo.

A medida que los romanos se expandían por Europa, las hadas tomaron mayor protagonismo en otras zonas del continente como las Galias o Inglaterra.

Los celtas adoraban a estos seres, y la romanización lo que hizo fue darles los nombres qu hoy en día conocemos. Si acudimos al francés antiguo, la palabra "feé" no significa exactamente hada, sino "encanto" o "hechizo".

Así que durante la romanización las hadas conocen una etapa de expansión, que queda truncada con la aparición del crisitianismo. Hasta la expansión del cristianismo, los espíritus de la naturaleza tenían diferentes nombres para representar a las hadas como seres espirituales y mágicos.

Para aquellas culturas que compartían aspectos celtas y romanos, no les fue extraño que bellas doncellas se iniciasen como sacerdotisas de deidades como Diana, Artemis o Hécate. Aunque en ocasiones eran temidas por sus conocimientos secretos, su contacto con los espíritus de la naturaleza y por sus artes mágicas. Séneca las describió como "las que recorren los bosques ocultos con desnudo pie". Se les atribuía capacidades como:

                          - "Congregar lluvias, detener la marea, hacer que la tierra dé mieses
                              en invierno y flores en estío, que las ondas del Fasis tornen a su
                              fuente y el Istro detenga sus aguas. Al imperio de la voz de Medea
                             huyen las nubes, se embravecen los vientos, para el sol su carrera y
                             descienden las estrellas dóciles al conjuro".


Todavía quedan pruebas de la conexión entre las hadas y las antiguas deidades gracias a los dólmenes y los círculos de piedra, como un gran menhir en Bretaña derrumbado por un terremoto en 1722, conocido como  Piedra de las Hadas, y Stonehenge, al que siempre han relacionado con las hadas.

Pero el cristianismo no vio con buenos ojos aquellos rituales paganos. En un principio no pudo luchar contra aquellas creencias tan arraigadas y tuvo que convivir con ellas, pero poco a poco fue desplazando a todas aquellas diosas y acusó a las hadas de ser brujas al servicio del demonio. De este modo las más famosas hadas celtas han pasado a la historia como brujas.


Un ejemplo es Morgan Le Fey, cuya traducción sería Hada Morgana. Según se cree, sería una de las diosas de la Britannia pagana. Morgana pertenecía al clan de las divinidades nacidas de la diosa Dana, que rige el amor y la guerra, y que posee el don de la profecía, y su nombre está relacionado con las doncellas marinas. Parece ser que su residencia siempre está situada en bosques e islas.

Otra famosa hada era la conocida como Hada Viviana, más conocida como la Dama del Lago, de la cual se dice que es nieta de la diosa Diana "la Cazadora". La Dama del Lago y Morgana se relacionaban con Avalon, la mítica isla poblada de hadas que aparece y desaparece en la bruma. Sin embrago tanto Morgana como Viviana han pasado a la historia como brujas en lugar de sacerdotisas adoradoras de las diosas de la naturaleza.

La condena definitiva que recibieron las hadas para convertirse en demonios, según el cristianismo, provino indirectamente de Shakespeare. En "El Sueño de una noche de verano" podemos leer la declaración que hace Oberon, rey de las hadas, al duende Puck:
"Pero nosotros somos espíritus de otro tipo."
Con esta frase, Shakespeare, se protegía contra posibles acusaciones de brujería, tan frecuentes en aquella época.


A pesar de los esfuerzos de la nueva religión, la gente seguía creyendo en las hadas. Hombre, niños y mujeres del campo y ciudades estaban convencidos de que estos seres mágicos vivían cerca de ellos. Así que la Iglesia tuvo que responder a la pregunta de quiénes eran aquellos seres.
Por un lado se entendía que no eran humanos. El catolicismo quería presentarlos como demonios pero la gente consideraba que en general eran inofensivos y que en más de una ocasión les ayudaban.

Para la Iglesia era complicado aceptar la existencia de seres "semi-divinos" que no procedían de su religión. Por lo que es normal que lo Dioses y seres semi-divinos de una religión pasen a ser los demonios de la nueva religión.


Un poco de Historia
13:48 | Author: Percyto_Elfito^^
En las tradiciones de todos los pueblos del mundo se ha creído en la existencia de las hadas y los seres elementales.

La primeras referencias sobre las hadas nos llevan al Antiguo Egipto. El país del Nilo estaba custodiado por numerosos dioses. Ra se situaba como el padre Sol, y las divinidades femeninas eran muy apreciadas, ya que eran madres y al mismo tiempo protectoras. Si se les imploraba, podían ayudar y favorecer a las personas por medio de su magia. ¿Sabíais que el mito de Hada Madrina tiene su origen en el Antiguo Egipto?



Los egipcios creían que cada vez que nacía un niño aparecían las llamadas "Siete Hathors". Estos seres celestiales, que estaban por debajo de otras divinidades mayores, acudían en cuanto un niño venía al mundo y le predecían el futuro. Aún así tampoco se conoce muy bien de dónde surgen estos seres celestiales.
Algunos creen que eran 7 sacerdotisas de Isis la Gran Maga. Otros aseguran que el hecho de llamarse Hathors proviene de la Diosa Hathor, otra divinidad egipcia relacionada con el amor, la alegría y la fertilidad.


Si nos vamos a Grecia, las hadas cobran mayor protagonismo. Durante el apogeo de la cultura griega se tejieron innumerables historias de estos seres que poblaban colinas, bosques, y ríos.



El río Peneo tenía su propio dios, que controlaba y gobernaba el discurrir de sus aguas. A su vez este dios poseía hijos, seres que habían heredado parte de la divinidad de su padre, aunque, a diferencia de éste, no eran inmortales.
Los hijos de la tierra y los ríos de llamaban "ninfas" y su función era cuidar a sus progenitores. Estos seres femeninos eran de una belleza excepcional, y enamoraban sin quererlo a hombres y dioses.

Más adelante, en la mitología romana, aparecen las "fata" (de ahí procede el vocablo "hada"), otro modo de denominar a las parcas, que presidían el nacimiento de los niños y decidían su destino.

Las leyendas de hermosas doncellas de la naturaleza siguieron en la Edad Media. En esa época, ya aparecen bautizadas con el nombre de "hadas". Pero el concepto que se forja sobre las hadas en esa época no siempre es positivo, ya que se relacionaba muchas veces con las brujas. La tradición proveniente de Roma y Grecia asomó en el medievo pero desde un punto de vista desconfiado y supersticioso. Todo lo que no fuera puramente cristiano era sospechoso y las hadas sufrieron esa acusación.

Con el renacimiento el nuevo hombre huye del concepto medieval que consideraba el mundo un "valle de lágrimas" y se produce una vuelta a los valores clásicos de Grecia y Roma. Fue en esa época cuando Shakespeare creó la gran obra "El Sueño de una noche de verano".


Ya en el siglo XIX, durante el romanticismo, las hadas recuperarían todo su esplendor después de otra vuelta a la oscuridad debido al período Barroco. Infinidad de cuentos y relatos poblaron la vida de la sociedad victoriana, e insuflaron algo de fantasía al espíritu "demasiado rígido" de aquella época.



Fuente: La Magia de las Hadas de Emerald O'Callaghan (Ed. Océano Ámbar)