domingo, 26 de abril de 2015

Presentir a las hadas

Hacerse consciente de la presencia de las hadas implica sintonizar con partes de ti que quizá hayas aprendido a "ignorar".
Implica confiar en los instintos y estar relajado.
Ir "a la caza" de las hadas no es buena idea porque eso implicaría, precisamente, un exceso de esfuerzo. Lo que es más, estarías concentrando el intelecto en la consecución de un objetivo, y eso haría que las hadas dejasen de cooperar e incluso que se volvieran maliciosas.


Lugares y Momentos de Tránsito
Según la tradición, las hadas favorecen los lugares de "tránsito".
En estos lugares se produce un cambio en el patrón de energía que los hace más aptos para las hadas. Y las hadas son criaturas de "tránsito" pues aunque son seres espirituales, también son muy cercanas a la Tierra.




Los sitios de tránsito incluyen:
  • Cruces (especialmente en senderos y carreteras secundarias)
  • Setos y Vallas
  • Claros del Bosque
  • Curvas de la Carretera
  • Puentes
  • Dinteles de Puertas
  • Orilla del Mar
  • Lagos y Arroyos (especialmente cuando éstos se dividen en dos)
  • Fuentes y Cascadas
  • Charcos de piedras formados por la marea
  • Escaleras y Descansillos
  • Armarios
  • Esquinas de una pared...

Los mejores momentos para ver a las hadas son los momentos de "tránsito", es decir, el amanecer, el atardecer, el mediodía y la medianoche.
Algunos períodos del año como cuando cambian las estaciones (equinoccios, etc.) son otros de los momentos preferidos para las hadas.


Aprender a "estar"
Cuando te parezca bien y puedas relajarte acude a un lugar especial para ti, y simplemente empieza por sentir que "estás" ahí. Relájate. Hazte muy consciente de tu cuerpo.
¿Sientes calor o frío? ¿Mariposas en el estómago? ¿Te pican las extremidades o las palmas de las manos? ¿Sientes una brisa, tic o cosquilleo? Limítate a detectar cualquier cosa que sientas sin emitir juicios.
Percibe también tus emociones. ¿Estás contento, alegre o expansivo? ¿Un poco incómodo como si alguien te mirara? ¿O una mezcla de ambos?



Cuando empieces a ser consciente de las hadas posiblemente empieces a detectar movimientos por el rabillo del ojo pero cuando te des la vuelta no verás nada. Aprende a no girarte (cuesta mucho, pero se puede hacer) y recuerda: limítate a "estar".

Las hadas también se pueden hacer patentes a través de un murmullo de hojas, movimiento de la hierba, ola en el agua, una jadeante quietud en el aire o de extrañas pérdidas de tiempo.
¡También te puede dar una risa tonta!
Sentir a las hadas no consiste en demostrar su presencia, sino en sentirse animado, hechizado y un poco emocionado por la vida.
Si sientes estas cosas ten por seguro que las hadas habrán estado cerca.

Fuente: LDS Percyto y La Biblia de las Hadas (de Teresa Moorey) Gaia Ediciones

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Presentir a las hadas
11:05 | Author: Unknown
Hacerse consciente de la presencia de las hadas implica sintonizar con partes de ti que quizá hayas aprendido a "ignorar".
Implica confiar en los instintos y estar relajado.
Ir "a la caza" de las hadas no es buena idea porque eso implicaría, precisamente, un exceso de esfuerzo. Lo que es más, estarías concentrando el intelecto en la consecución de un objetivo, y eso haría que las hadas dejasen de cooperar e incluso que se volvieran maliciosas.


Lugares y Momentos de Tránsito
Según la tradición, las hadas favorecen los lugares de "tránsito".
En estos lugares se produce un cambio en el patrón de energía que los hace más aptos para las hadas. Y las hadas son criaturas de "tránsito" pues aunque son seres espirituales, también son muy cercanas a la Tierra.




Los sitios de tránsito incluyen:
  • Cruces (especialmente en senderos y carreteras secundarias)
  • Setos y Vallas
  • Claros del Bosque
  • Curvas de la Carretera
  • Puentes
  • Dinteles de Puertas
  • Orilla del Mar
  • Lagos y Arroyos (especialmente cuando éstos se dividen en dos)
  • Fuentes y Cascadas
  • Charcos de piedras formados por la marea
  • Escaleras y Descansillos
  • Armarios
  • Esquinas de una pared...

Los mejores momentos para ver a las hadas son los momentos de "tránsito", es decir, el amanecer, el atardecer, el mediodía y la medianoche.
Algunos períodos del año como cuando cambian las estaciones (equinoccios, etc.) son otros de los momentos preferidos para las hadas.


Aprender a "estar"
Cuando te parezca bien y puedas relajarte acude a un lugar especial para ti, y simplemente empieza por sentir que "estás" ahí. Relájate. Hazte muy consciente de tu cuerpo.
¿Sientes calor o frío? ¿Mariposas en el estómago? ¿Te pican las extremidades o las palmas de las manos? ¿Sientes una brisa, tic o cosquilleo? Limítate a detectar cualquier cosa que sientas sin emitir juicios.
Percibe también tus emociones. ¿Estás contento, alegre o expansivo? ¿Un poco incómodo como si alguien te mirara? ¿O una mezcla de ambos?



Cuando empieces a ser consciente de las hadas posiblemente empieces a detectar movimientos por el rabillo del ojo pero cuando te des la vuelta no verás nada. Aprende a no girarte (cuesta mucho, pero se puede hacer) y recuerda: limítate a "estar".

Las hadas también se pueden hacer patentes a través de un murmullo de hojas, movimiento de la hierba, ola en el agua, una jadeante quietud en el aire o de extrañas pérdidas de tiempo.
¡También te puede dar una risa tonta!
Sentir a las hadas no consiste en demostrar su presencia, sino en sentirse animado, hechizado y un poco emocionado por la vida.
Si sientes estas cosas ten por seguro que las hadas habrán estado cerca.

Fuente: LDS Percyto y La Biblia de las Hadas (de Teresa Moorey) Gaia Ediciones

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